Recuerdo con nostalgia cuando era alumno en el colegio y la maestra de 5º de EGB nos preguntó a todos los chicos y chicas que queríamos ser de mayor. La mayor parte de mis compañeros querían ser futbolistas como sus ídolos o agricultores como sus padres. A mi no me hubiese importado ser futbolista o agricultor pero contesté que quería ser maestro.
La respuesta de la maestra me dejó sorprendido pues dijo que los inteligentes no se quedaban en maestros. Supongo que tenía depositadas en mi mayores expectativas o consideraba que ser maestro era en aquellos tiempos poco importante.
Hoy si puedo afirmar que quiero ser maestro cuando sea mayor, maestro como D. David y D. Juan Manuel. Ser maestro no es poca cosa y si eres maestro de alumnos y profesores entonces es que eres buen maestro.
Cuando D. David mantiene su dedicación y energía en el instituto y es capaz de seguir corriendo por las tarde su buenos kilómetros nos está diciendo que el esfuerzo, la dedicación al trabajo, la disciplina son el motor del trabajo bien hecho.
Tengo que confesar que cuando Cristóbal como director me ofreció la Jefatura de Estudios uno de los primeros a los que pedí opinión y apoyo para asumir este reto fue a D. David, y en estos años espero no haberle defraudado. Para este Jefe de Estudios sus experimentados consejos son toda una guía de trabajo y su profesionalidad, un modelo a seguir.
Cuando D. Juan Manuel mira las estrellas y transmite su pasión por la ciencia o el ajedrez y es capaz de ilusionar y dirigir tu mirada a nuevos desafíos, despertar tus ganas de aprender nos está diciendo que cada día hay un nuevo reto que afrontar. Confieso también mi admiración profesional por D. Juan Manuel que transmite la necesaria ilusión para aprender que no debe desaparecer nunca.
Los protagonistas de la educación son los alumnos, sobre ellos se construye todo el edificio escolar, pero los pilares de de este edifico son los maestros. La escuela, el instituto es ese lugar al que uno va a aprender y a ser feliz mientras se hace mayor. Necesitamos maestros que puedan enseñar disciplina, pasión, esfuerzo e ilusión, que son los valores que transmiten los verdaderos maestros. Nos habéis marcado el camino con vuestro gran trabajo. Os vamos a echar mucho de menos.
Bernardo Benito Blasco. Profesor y Jefe de Estudios del IES VALLE DE ELDA y alumno de dos buenos maestros